¿QUE HARIA FRANCISCO DE ASIS..?

¿Qué haría Francisco…? 

Sobre universidades „católicas“, perreras y otros desconciertos

Pasaron siglos y seguimos en las mismas- si no quemando mujeres pelirrojas „por brujas“, entonces por lo menos instrumentali-zando a los más débiles, los más humildes,a  los que se supone más ama nuestro Señor, el de los católicos, de los creyentes cristianos,el de la Biblia que es símbolo del desarrollo de la cultura europea y del desarrollo humano vinculado a la Iglesia de Roma, dondequiera que hubiese podido influir en la mente humana.

Bien, en Bolivia se sabe que – a modo de analogía que denota, obvio queda, el indice de salud mental de tal o cual población – es usual instrumentalizar, a la gente , a las mujeres ( „machismo“), a los niños ( abuso narcistico ), al extranjero ( „es opa y tiene plata“) y a quién sabe más, al aparentemente más débil en todo caso seguro. Y esto es precisamente lo opuesto a lo que postula la Ley de Dios, la de los cristianos, de los católicos. Y de esa ley que hizo fuerte y coherente a Europa, con su desarrollo humano, su sistema basaado durante siglos y milenos en un enfoque cristiano.

Es sabido – y tolerado – que en Bolivia se tortura, y la tortura está ligada a principios  – o precisamente a la ausencia de éstos o su transgresión. Llega a ser lo mismo el que se torture a un mamífero con cuatro patas o con dos o a uno con una sola pierna o a uno con ocho patas, nueve, once o diez  – se trata del principio. Y ésta es, de hecho, una base de la convivencia humana que se plasma en los postulados de la Iglesia tanto como en los principios sobre los cuales suelen descansar las buenas cartas magnas y la legislación de los Estados, en mayor o menor grado obviamente y siempre con la esperanza de que mejoren y se vayan puliendo para llegar a una mejor convivencia y a un mundo mejor, acercándose a un ideal y aferrándose a principos, enseñándolos  y viviéndolos. El hecho de permitir lo relativo en una sociedad, la ley del mínimo esfuerzo en el actuar y pensar de la gente, las justificaciones por comodidad, le abre la puerta al diablo, al mal, a la decadencia, puesto que tiende a surgir un desarrollo hacia el abismo por terminarse anulando los principios al relativarlos sistemáticamente. Las consecuencias repercuten en la sociedad: a diario convivimos con robos, asesinatos, droga, en Bolivia, se destruye el medio ambiente porque se tala y se quema por doquier y aparentemente nadie defiende con fervor y convicción los principios universales del bien, de la naturaleza con esa inteligencia que le es inherente a la ciencia en la que está basada – que viene a ser lo mismo que la ley de Dios.

Se encontraron perros asesinados en algún contenedor en el mercado Mutualista o el Abasto… La – débil – reacción – patológica y sintomática- fue que „seguramente alguien hizo alguna práctica veterinaria o médica“. Surgió una leve duda acerca de si, de repente, alguien podria haber estado vendiendo carne de perro en el mismo mercado, Defensa al Consumidor aseguró al aire que no, aseveró que además „no pueden controlar todo en la ciudad “ ( para mayor calma de la población, supuestamente ) y ahí quedó el tema.  La falta de principios vuelve vulnerable a una sociedad – y la destruye. Lo bueno es que nadie se da cuenta – por haber ya perdido el rumbo y por la degeneración reinante a estas alturas.

( Se debió investigar a fondo, imponer multas, ubicar al responsable, averiguar qué pasa –  ya que las prácticas con animales deberían estar prohibidas por razones de índole sanitaria, moral, etc. para cualquier persona civil  y en general, la existencia de carne de perro y la simple sospecha de „algo así“ cerca de o  en un mercado deberían llevar a una investigación larga y seria por parte de diversas autoridades, etc. )

Europa surgió con sus creencias y convicciones religiosas, la fe en el bien, en el desarrrollo humano y el respeto por otros seres vivos y la creación. Luego la Ilustración trajo la ciencia y el enfoque científico, una visión del mundo cartesiana y analítica a la también la Iglesia católica busca atenerse y que va de la mano con el humanismo y sus enseñanzas.

En Bolivia corre la voz de que los leones de zoológico se alimentan de caballos y perros atrapados en la calle, que las universidades incentivan el maltrato y la tortura de animales „por razones científicas“ por el simple placer que ofrece la ley del mínimo esfuerzo, el no esforzarse por atenerse a la evidencia científica y a los principios del bien, universales y válidos para todos, cosa entendible sin mayores explicaciones para cualquier persona con un mínimo porcentaje de capacidad de abstracción.

Matar es matar, torturar es torturar, hacer el mal es hacer el mal – esto no se relativa, los principios no permiten lo relativo. La vida es imperfecta, pero los principios están para luchar por ellos, no para buscar permanentemente las trampas de una ley que no es siquiera de los hombres y es la única basada en la inteligencia que solamente la naturaleza – o llamémoslo Dios – puede tener.

Los principios son universales, al transgredirse, se desmorona el fundamento de una sociedad. Al no verbalizar los hechos y sus consecuencias, la sociedad se desintegra.

En Santa Cruz ya ni se lo percibe, ya que la ciencia ha abandonado sus entrañas hace mucho tiempo y los principios ya son cosa de su, bastante corto y no siempre glorioso, pasado y algo más bien sujeto a menosprecio y visto como inútil y opuesto al desarrollo.

Quien escribe estas líneas ha estado durante meses documentando la situación del medio ambiente en Santa Cruz ( entre otras cosas ) y salta a la vista de cualquiera la ausencia de principios llevados a la realidad: basura, justificaciones para y por todo, tala de árboles con justificaciones irreverentes para cualquier cerebro pensante, fulano y mengano orinando en todas partes y sellado del suelo que da pavor – nadie piensa en las consecuencias ecológicas, el costo económico, la salud de humanos y animales y la ciencia – comprobable – que subyace a este contexto. Y es que los principios – los de la ley del hombre, de la Iglesia, la lex naturalis – tienen un sentido, no son mera filosofia.

Y están los perros. Los más humildes en la viña del Señor, los que casi siempre se pasan por alto, los que son por lo menos tan humildes como los niños que Jesucristo llamó para que se acercaran a él. Somos depredadores, pero ..¿en qué monstruos nos convertimos, si tanta cultura y civilización había ya entre humanos, si realmente no haría falta reinventar ni los principios ni la pólvora?

Pues bien, la autora estuvo documentando la situación durante meses, conversó con personal de Muyurina, con el exdirector de la Católica en Santa Cruz, pasó con las mismas inquietudes por la EMI y documentó la deplorable, indigna situación de Santa Cruz en lo referente al medio ambiente y al respeto por la creación en general – que es pilar fundamental del desarrollo de un pueblo, ya que sin principios no hay bien común, sin res pública no hay Estado, sin sostenibilidad no hay desarrollo ni vida humana digna ni calidad de vida.

La verdad científica no es difícil de percibir y de encontrar, pero a Santa Cruz no llegó. Porque no se persigue principios, no se busca la superación verdadera.

La realidad es la siguiente:

No se entera de nada la población porque las autoridades no saben ni tienen la debida intuición ni aspiran a regirse por principios que resultaron útiles durante siglos y milenos en otros lugares del planeta.

Por ejemplo el SEDES vacuna perros al azar, con vacunas que vencen al ser expuestas al sol o al desongelarse y que deberían ser manipuladas solamente por una sola persona – por un profesional inscrito en el Colegio de Veterinarios que garantice y controle la calidad de su atención y de los medicamentos proporcionados y su orígen. Al vacunar sin sistema, sin control profesional total y compulsivamente por aquí y por allá, solamente se logra dilapidar dinero y quitarles el pan de cada día de la boca a los veterinarios llamados a dedidarse a precisamente a lo que otros hacen – mal y sin justificación real alguna, de forma contraproducente.

No habría perros con rabia si la población supiese que hay que vacunar al perro y al gato, que no se vacuna solamente contra la rabia y que el mejor control es el que ejerce el propietario en su zona con su veternario „de cabecera“, sin confiar en vacunas gratis en alguna que otra ocasión y compulsivamente, pero sin sistema ni manejo serio.

La perrera: la evidencia científica arroja que la población canina en cada zona tiende a ser estable. Si la perrera mata y aleja a perros de su „zona“, la carga animal se repone hasta volver a llegar al equilibrio. Cuando más se mata, más rotan los perros – y los nuevos incrementan el indice de zoonosis y de rabia. Conclusión: la perrera y el SEDES incrementan el índice de zoonosis y de rabia con su actuar poco coordinado y no basado en evidencia científica.

Si los perros se eliminan de una zona, en otra la situación sigue igual. Por ende de nada sigue vacunar al azar y matar cruelmente y contra principios universales, embruteciendo a la población hasta llegar  a un nivel preincaico – trogloditico de retroceso cultural. Y hay otro dato sorprendente: la perrera podría matar a todos los perros de la ciudad, a los de Montero, de Warnes y de El Alto… de nada serviría, ya que la población se volvería más ignorante, bruta, insensible, los principios se anularían más aún y la educación sería más farsa que educación como tal… y, para colmo, la naturaleza posee un sistema que la lleva a reponer la cantidad de perros asesinados ( „eliminados para que no sufran“)  y si se eliminan a estos perros, aparecen otros que toman su lugar  – para volver a restablecer el equilibrio. Por ejemplo la rata. ¿ Y alguien vacuna a las ratas contra enfermedades zoonóticas o contra la rabia? ¿ A los gatos? Con menos sistema aún, es obvio, de lo que se hace hasta la fecha. Y ni hablemos de la resistencia de la rata contra el veneno para asesinar ratas que se vuelve nada más que un – por cierto peligroso – producto de un marketing basado en ignorancia y el menosprecio por la vida, la ciencia, la información, el progreso ….

El orígen del problema que se eterniza en vez de aprovecharlo a favor del desarrollo social, de la salud de los seres vivos y de una convivencia con principios es… nada más que el mismo humano, bruto e ignorante, estancado en su pobre condición de idiota masoquista, depredador  perverso.

Puesto que por desgracia no es sabido que la carga animal por zona depende de cuántas camas y de cuántos platos de comida ofrezca el alojamiento de los respectivos perros que pululan por la ciudad – y si hay cama y comida para 100, cien habrá de forma estable. Si se „eliminan“ 20, aparecen 20 nuevos – con nuevas zoonosis y de una mayor probabilidad de traer rabia a la zona. Si no hay perros para reponer el equilibrio, aparecen las ratas u otro animal.

¿La solución, del punto de vista moral, técnico, científico, etc.?

Es jalar de las orejas al humano – quien es es quien pone techo y comida a los animales de la calle.

Es simple: al eliminarse la basura de la calle los perros no tienen comida y su nicho ya no les sirve y se desaparecen solitos. Si la perra no come, no pare, lo mismo la rata. Si no hay comida, no hay perros ni ratas.

Si se castra y se esteriliza a los perros que salen a la calle ( mejor: se les consigue hogar y que no salgan ), lo atiende un veterinario registrado debidamente que controla su salud y vacunación sistemáticamente, no hay más´crías, se reduce el riesgo de zoonosis y rabia al mínimo … y la población deja de rotar, ocasionando más rabia y zoonosis. Y los perros se mueren de viejos, como Dios manda, sin parir salvajemente como los humanos que están asfixiando al planeta.

Si mal no recuerdo es esto lo que se hace en Rosario, Argentina, en Grecia, lo que exige además la OMS.

Las autoridades tienen cómo hacerlo, cómo educar a la población, cómo coordinar con protectoras y Colegio de Veterinarios y con los veterinarios de los barrios.

Si por ejemplo CRE o Saguapac pusieran solamente un peso por factura cobrada, este dinero se le podría cancelar a los veterinarios de los barrios por llevar un registro de perros de su zona ( con colaboración de las protectoras ), se podría alimentar en lugares específicos a los perros de la calle y marcarlos de alguna forma para llevar un control y dar en adopción a los que sean adoptables, castrar, esterilizar- proporcionando ingresos a los veterinarios de los barrios, vida y respeto a los animales, progreso y educación al pueblo, pero obviamente habria que solucionar el problema también de los pseudocriadores clandestinos, restringir radicalmente la cria de perros en la ciudad y exigir el registro de todo perro en su centro veterinario de la zona, por ejemplo con carnet con foto, etc. para evitar la sobrepoblación.

Hay formas de actuar, pero exigen nada más ni nada menos que se acepte el progreso como forma de vida.

Pero vaya que es una luz al final de un tunel largo y negro ver cómo se levanta la población contra la perrera y contra las perversidades bajo el manto del juramento hipocrático esta semana de agosto del 2011 bajo los brazos del Cristo Redentor de esta Santa Cruz tan dañada y azotada por el mal…

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