En la mismísima Universidad Católica Boliviana se hacinaban perros, aparentemente comprados a la perrera, en un galponcito a la vista de la universidad. Según los vecinos estos perros lloraban sin parar de dia y de noche ( „ni comida les deben haber dado“) y luego „los apaleaban ahí mismo“ y los llevaban hacia la universidad en carretillas. Según los habitantes de la zona, „varias veces por semana traían perros“. En otras universidades también se hacian prácticas con perros „sustraidos“ de la calle, supuestamente en el zoológico se alimentan los animales con caballos y perros que se traen de la vía pública en Santa Cruz de la Sierra. Parece un buen consejo no entrar a la Universidad Católica ni a otras, sospechosas, que no defienden ni viven sus principios – y no acercarse al zoológico mientras no se garantice que allí no habrá clandestinas carnicerías que enorgullecerían a algunos grupos poblacionales africanos ahi por los alrededores de Ruanda y del Congo. Esto todo es barbarie. Es barbarie que ninguna persona con educación y / o estudios puede tolerar y soportar. No se puede confiar en un médico que hizo apalear o matar perros por un mero capricho ni en con Colegio Médico que acepta un juramento hipocrático por parte de una persona que actúa de tal forma – sin luego suspenderlo y anularle su título en provisión nacional. En última instancia las instituciones católicas deberían velar por el cierre de la Universidad Católica – si quieren ser defensores de principios que deben ser los pilares de cualquier sistema educativo.
El SEDES deberia investigar – puesto que nadie puede ni debe tener derecho a sacrificar animales por capricho ni para hacer experimentos de ninguna índole -, el SEDUCA deberia ejercer la debida presión para llegar a cerrar la universidad – y cómo esto resulta útópico en un medio inundado de por sí por la barbarie – por lo menos debería exigir la suspensión de los docentes, el despido del director de la mencionada universidad. Es imposible que un médico efectué un juramento hipocrático y asesine, sin razón ni sentido ni ninguna fundamentación moral. Puesto que los principios son universales y no son relativos, jamás.
Que el cardenal Terrazas supuestamente haya dicho en la homília que hay que dedicarse a los humanos, que serían lo que sufren, no a los animales ( estaré buscando la cita literal ) es indicio de poco criterio, de poca inteligencia, chocante para quienes defendemos a su Iglesia y creemos en su potencial y nos identificamos con ella. Es pobreza de espíritu no defender a los más humildes, nobles, dignos e ingenuos, los animales, es falta de humildad ante la Creación e indigna. Indigna de verdad, cae mal y choca. La humildad, el respeto, el catolicismo vivido en el día a día … ¿ no significa acaso ser humilde, no engreído, no creído, no prejuzgar, no menospreciar, defender a la creación – que tampoco es relativa y es una sola? Sería imprescindible que el Vaticano emita su criterio al respecto – y no cabe duda de que será otro que el del cardenal.
Se deben investigar y sancionar los responsables – por parte de la Iglesia, del Seduca, de la Fiscalía. No deber ejercer como médico quien mata o incentiva la tortura o el asesinato, no puede ser católica una universidad que permite esto y no se quita luego el adjetivo „católica“ del nombre ( en caso de que la integridad no le valga mucho ), sustituya por lo menos al director y a los docentes que sabían o „debieron haber sabido“. A los estudiantes, se los debería investigar uno por uno. ¿Acaso en otros lugares del planeta puede dar exámen en la carrera de Derecho un estudiante con problemas penales serios? El Colegio Médico, ¿qué institución es, si tolera en sus filas a asesinos y torturadores? ¿ Qué ejemplo dan todos si lo toleran y no sancionan y no llaman a los hechos por su nombre, sacando conclusiones? ¿El Seduca?
El DEBER de hoy día, 11 de agosto del 2011, escribe que „no habrá más prácticas con animales vivos“. Bien, ¿pero quién garantiza que – hecha la ley, hecha la trampa- no se los matará primero, otra vez a palazos, cargándolos en carretillas para luego llevarlos a la universidad, tras capturarlos en la calle o comprarlos en la perrera? Hagan pues sus prácticas con gente muerta – compren cadáveres, que mucha gente podría ganarse un par de pesitos asi, vendiendo o prestando al pariente muerto. ¿ Qué falta de piedad? No en absoluto. A mucha gente no le molestaría que le corten „una libra de carne“ tras haber fallecido – por la dignidad del ser humano que, caso contrario, volvería día tras día a la barbarie, asesinando para „hacer prácticas con animales muertos“ o quién sabe qué.
Cabe también investigar a las otras universidades. Y actuar de forma coherente y de la misma forma. ¿Quiere progreso esta ciudad, este país? Entonces hay que enseñar que los principios no son relativos, que la ley del mínimo esfuerzo no lleva ni a tener calidad de vida ni al progreso. En el exterior hay universidades que trabajan sin matar o instrumentalizar a animales que por indefensos no son tomados en cuenta en el mundo de los principios. Hay que superarse como persona, aspirar a metas intelectuales y metas que se encuentren más allá de las meramente terrenales y materiales. La excepción, empero, es cuando se trata de perros. Luego serán los niños, luego las mujeres, las otras razas, los pobres o los ricos…. LOS PRINCIPIOS NO SON RELATIVOS. Mientras no lo aprendamos, en Santa Cruz habrá muerte, droga, asesinato, robos y mentiras por doquier, violaciones, la destrucción total del medio ambiente y el caos irracional, repugante y asqueroso que vivimos a diario. Porque el humano quiere vivir en base a la ley del mínimo esfuerzo, de lo fácil, justificando y sin utilizar el cerebro, desagradecido y menospreciando la creación y su misma existencia.
El Colegio de Veterinarios, callado. El Arzobispado, callado.
Bartolomé Puma, director del Seduca, opinó. Oscar Vargas del Consejo también. ¡Qué momento estrella para Santa Cruz!
Con esto empezó, imperceptiblemente, la caída de un muro, la reacción de la gente enfurecida frente a la Universidad Católica fue más que una luz de esperanza por el porvenir de Santa Cruz. Porque las cosas no son relativas, el bien común es de todos, el común denominador de la moral es para y de todos.
Puma dijo, sin peros, que eso no, „con nuestros animalitos“, que se investigaría. Sin peros, sin „que la gente“. No queda otra que recibir este sano criterio, espontáneo, refrescante con gran alegría y agradecimiento.
Vargas dijo que „a lo mejor habría muchos otros problemas“ en Santa Cruz, pero no dijo „más importantes“. También esto fue alimento para un alma hambrienta y sedienta en años luz recorridos en un desierto sin moral ni ética como lo es Santa Cruz. Y es qeu no hay nada más importante que la creación, los principios y la integridad al respecto, no lo hay. Si se lo supiese, el „problema“ del Tipnis se volvería desarrollo para el país y significaría felicidad y un sentimiento patriótico para todos los que vivimos en esta tierra.
El texto de DEBER de hoy día indica que se los tratará mejor a los perros de ahora en adelante… pero se los seguira matando. Urge una postura clara al respecto de los principios – universales y no relativos -, puesto que ya se llegó otra vez a la trampa hecha con la ley. Se los tratará mejor un rato, luego quedará todo en el olvido. Y el pueblo no habrá aprendido nada. El umbral del comportamiento seguría donde está, se seguíra menospreciando a otros individuos, violando, ultrajando, instrumentalizando. Una sociedad que no entienda esto, no es madura, no tendrá paz ni lejanamente. Se debe solucionar los problemas ocasionados por el hombre, no matar a los perros que no son más que síntomas visibles en la calle asesinados por un entorno bruto, sin conocimiento técnico ciéntífico ni voluntad de regirse por un progreso moral y técnico de verdad. No se mata, se soluciona. Es fácil matar y empecinarse en caprichos ignorantes y mediocres ( que dan asco, horror, pavor, por cierto ) – pero solucionaría muchos problemas de la sociedad el enfocar la verdad, la solución ( en vez de eternizar problemas) , ya que el problema radica en la ausencia de principios, de coherencia, de coordinación, de conocimiento técnico.
Y al respecto de ello veamos que pasa en la Universidad Gabriel René Moreno. ¿No es alli dónde está la perrera, donde se mata, en plena alma mater, en el templo del saber y del progreso? ¿ Y no es allí donde nadie sabe – de hecho – del contexto científico de lo que se está haciendo? En la Católica se asesina y se instrumentaliza, en la Gabriel se mata contra toda evidencia científica.
¿Conclusiones? No se sacan. Los que creemos en la Iglesia y en la Ilustración, ¿lo seguimos tolerando? ¿Qué respeto tenerle a una universidad que no busca solucionar con integridad, base científica, dignidad y respeto por su institución misma?
¿Cómo confiar en un solo médico del medio – a sabiendas de que salieron de una institución educativa católica que no respeta los principios católicos y los transgrede activamente sin censura alguna y de otra que se hace llamar institución científica, pero no es capaz de transversalizar e integrar las ciencias, respetando lo universalmente aceptado y sabido, rigíendose por lo acientífico, por la ausencia de principios y por la barbarie pura?
Con algo de capacidad de abstracción: no se trata solamente de „un par de perros“.
Qui tacet, consentire videtur.